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En su lucha por la sobrevivencia política, Lorenzo Córdova y Ciro Murayama son los principales artífices de difundir una serie de “mentiras” con la que pretenden confundir a la ciudadanía
Redacción Grupo Cantón
Nadie en su sano juicio, de cada uno de los que asistieron a la protesta en defensa del Instituto Nacional Electoral (INE) , acepta que llegaron engañados, pero no hay que perforar mucho para encontrarse con cinco grandes mentiras que manejó el INE con extraordinarios resultados. En su lucha por la sobrevivencia política, Lorenzo Córdova y Ciro Murayama son los principales artífices de difundir una serie de “mentiras” con la que pretenden confundir a la ciudadanía.
Siempre hablaron a nombre del conjunto de los consejeros electorales, con que ganaron fuerza sus afirmaciones, pero ahora queda al descubierto que una de ellas, Norma de la Cruz Magaña, declaró en conferencia de prensa su inconformidad de seguirle el juego al binomio, y otra consejera de plano abraza la Reforma Electoral.
De una manera clara describió las cinco grandes mentiras en que incurren Córdova y Murayama que en gran parte derivaron en la cita colectiva en el Zócalo. De entrada, como primer punto y a pesar de las tareas
de desinformación, subsiste la afirmativa que la democracia no está en riesgo. Está tan fortalecida que las modificaciones del ‘Plan B’ no podrán derrumbar a las autoridades electorales.
En segundo lugar, contrario a lo que se ha dicho, el padrón electoral no está en riesgo; la reforma electoral propone que solo tengan acceso al padrón electoral las personas autorizadas ante el INE, como actualmente ocurre.
SE BUSCA EFICIENTAR EL INE, NO DESAPARECERLO
En tercer lugar, el PREP, sistema de conteo de votos tampoco está en riesgo; la reforma solo propone que el PREP se fusione con el cómputo de la elección para tener resultados en tiempo real, aunque operará
bajo los lineamientos del INE. Tampoco el Servicio Profesional Electoral Nacional está en riesgo. La reforma no plantea la eliminación, mantiene la facultad del INE para regular la organización y funcionamiento del personal electoral, a fin de que lleguen a las elecciones con personal capacitado.
Y la última desmitificación es que no hay riesgo de que desaparezcan los distritos electorales, porque la reforma mantiene la geografía electoral con 300 distritos. Además, será facultad del INE ordenar los
estudios para la división de los 300 distritos electorales.
Con estos cinco grandes apartados, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ha defendido las reformas, siempre en busca de eficientar su operación y bajar la enorme cantidad de recursos que disponen, pero no para desaparecerlo. De la parte inconforme con la iniciativa presidencial, se dirá que una Plaza de la Constitución llena hasta el tope es la mejor muestra que les asiste la razón, pero en la desmitificación viene el desengaño. Los pasos están dados, el proceso ha quedado aprobado en la Cámara de Diputados y Senadores y está en vías para que el presidente lo promulgue en los siguientes días.
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