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Jorge Gómez Naredo
Al principio lo hacían veladamente. No querían que se les acusara de defensores de Genaro García Luna. Soltaban alguna pequeña frase en un artículo de algún diario diciendo que quizás era inocente, o emitían un comentario en radio o en tele argumentando que “habría que esperar a la sentencia”. Pero así, como tímidos. Me imagino que querían ver hasta dónde llegaban los testimonios y, especialmente, a quiénes se mencionaba en ellos.
Conforme se iban presentados testigos en la Corte de Brooklyn, fueron siendo más obvios en su defensa. Pero el parteaguas vino cuando Héctor Villarreal Hernández, ex secretario de fianzas con Humberto Moreira, dijo que Genaro García Luna le daba sobornos a El Universal vía publicidad que le compraba el gobierno de Coahuila.
Ahí, los medios mexicanos, o la mayoría de ellos, se quitaron la máscara y decidieron defender a García Luna. Así pues, se multiplicaron los “análisis” donde se indicaba que los testimonios eran “muy pocos creíbles”, que “no había pruebas”, que no se podía “probar” que los medios recibieran dinero de García Luna, que “cómo era posible que se les creyera a delincuentes”, que todos lo dicho en el juicio era irreal y que quienes lo decían lo hacían para disminuir sus sentencias.
A tanto ha llegado esta defensa que Raymundo Riva Palacio, quien fuera director de El Universal cuando se dieron los sobornos, ayer prácticamente afirmó que García Luna es inocente, y que es el presidente Andrés Manuel López Obrador quien “presiona” a la Corte de Estados Unidos para “embarrar” a periodistas y medios. Así pues, muchos medios y periodistas mexicanos ya defienden a García Luna. Y es que, defendiéndolo a él, piensan que se defienden ellos. Una verdadera vergüenza.