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Ana María Vázquez
Tal como lo mencionaba en mi primera columna de este año, el 2023, está siendo movido, mucho y aún no termina enero. Y es que tal parece que los “golpeadores profesionales” están muy atentos a golpear a la jefa de Gobierno, aunque ya hayan pasado las posadas. Así, se han minimizado las pruebas del
sabotaje al que está sometido el Metro, los cables cortados, las declaraciones de los trabajadores en las que denuncian compra de materiales de segunda por parte del sindicato y ahora están poniendo el objetivo en las escaleras eléctricas.
Sin dejar de lado el hecho de que el servicio ha carecido durante años del mantenimiento adecuado, es ilógico no pensar que gente externa le esté dando una “ayudadita” al Sistema de Transporte Colectivo para provocar la inquietud de la ciudadanía. Aunado a ello, la presencia de la Guardia Nacional resguardando las instalaciones ha revivido el slogan de “están militarizando al país”, que ya usaron cuando el presidente López Obrador decidió que las principales entradas del país fueran custodiadas por la Guardia Nacional.
Pero ahora es Claudia la responsable. La terrible guerra sucia a la que está siendo sometida la jefa de Gobierno ha incluido también la desaparición de la niña de 16 años que, afortunadamente está con vida y según la Fiscalía se ausentó por su voluntad, esto sin dejar de lado las múltiples desapariciones de jóvenes que se dan a diario en el país y de las que por supuesto ella no es responsable.
¿Cuál será el siguiente pretexto para el golpeteo? Para los que hablan de militarización, cabría echar un ojo a lo que está sucediendo en Perú; más aún, al histórico mundial de las dictaduras: Pinochet, Franco,Hitler. Esa es dictadura y esa la real militarización.
Por otro lado, en el recuento semanal del caso García Luna, me parece vomitiva la crónica de los “grandes” medios en las que, con apenas un par de días de declaraciones, se desestima ya la responsabilidad del acusado, como si no hubiéramos vivido en el mismo país; lo que es claro que ellos sí vivieron otras circunstancias, mientras el pueblo era masacrado por una guerra atroz, ellos se enriquecían.
