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Ana María Vázquez
La primera década de mi vida transcurrió en un ambiente estable y de relativa seguridad, podíamos, aun en la ciudad jugar en las calles sin riesgo, pero
sobre todo, los alimentos, aunque escasos en la condición humilde de nuestro hogar no faltaban, el peso estaba al tipo de cambio de $12.50 por dólar, sin embargo, al entrar la década de los 70, los lenguajes políticos cambiaron, el despilfarro gubernamental era encubierto por la televisión de entonces con reportes de “días soleados” y el descubrimiento de mantos petrolíferos en el país en lugar de apuntalar favorablemente la economía, comenzaron a hundirla por la voracidad y el entreguismo de los responsables de entonces; paradójicamente, el petróleo y la corrupción comenzaron a hundirnos.
La crisis petrolera de los 70 creó una crisis por deuda externa que provocó la brutal subida del dólar hasta pagarse en 3 mil pesos y es en el gobierno de Salinas cuando se opta por crear los “nuevos pesos”, la moneda tendría tres ceros menos para dar el efecto psicológico de estabilidad, pero la corrupción, el dispendio y la mala administración continuaron y para el final del periodo de Salinas, vino la crisis del 94, la “crisis del tequila”, Fobaproa y gran dependencia del gobierno norteamericano con el Tratado de Libre Comercio.
El manejo de eufemismos como “deslizamiento”, “cambio flotante” y otros, solo servían para que la prensa de entonces enmascarara los malos manejos económicos; situaciones tan graves como la carencia de productos básicos como la que sufrimos por ejemplo en la capital del país en los 80, cuando teníamos que comprar los productos básicos como la leche, azúcar, arroz, tortillas y otros en el mercado negro porque desde entonces “ya éramos Venezuela” y vivíamos una hiperinflación.
No volveremos al peso oro ni a las monedas de plata como en la época post-revolucionaria, pero la estabilidad económica de hoy puede sentirse y las
magnas obras que creará este gobierno, auguran un periodo de tranquilidad, siempre y cuando la continuidad de la 4T como proyecto pueda garantizarse en la sucesión presidencial. Hoy, con un tipo de cambio que ha roto la barrera de los 18 pesos por dólar es digno de aplaudir.