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Sindicalizados se sienten intocables y cuando hay protestas estudiantiles contra los casos de violencia, el personal amaga a UNAM con huelga general
Omar Montalvo
Uno de los problemas que con los años ha arrastrado la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) es la alta cifra de casos de violencia de género, dónde cifras de la misma academia indican que los agresores se dividen entre alumnos y trabajadores de la institución.
Ante la situación el rector Enrique Graue Wiechers se ha mostrado indiferente a las demandas de los estudiantes y junto al Sindicato de Trabajadores de la UNAM (STUNAM), dirigido por Hugo Morales Morales, prefieren proteger a los acosadores.
De acuerdo con las cifras de la Defensoría de los Derechos Universitarios y Atención a la Violencia de Género (DDUAVG) de los 1 mil 24 agresores señalados entre los años 2019 y 2021, la cifra de académicos y trabajadores asciende a 456 sin contar a 9 agresores identificados como trabajadores por
honorarios, aunque el grupo poblacional con más agresores es el de alumnos con 495.
La diferencia de impunidad entre ambos grupos yace en que los trabajadores y académicos afiliados al STUNAM, son protegidos por la misma organización sindical, pues cuando los alumnos afectado por casos de violencia perpetrada por trabajadores de la universidad hacen manifestaciones, el STUNAM en más de una ocasión ha salido a amagar con entrar en huelga bajo el argumento de una mejora en las condiciones laborales dónde se incluye el aumento salarial.
En las cifras entregadas por la DDUAVG, la institución evitó mencionar si existieron sanciones a los violentadores señalados. Cabe recordar que en los
últimos meses del 2022, la comunidad universitaria de prepas, CCH y facultades, entraron en paro de actividades por los casos de violencia de género ejercida y protegida por trabajadores, y de inmediato el STUNAM amagó con entrar en huelga por un aumento salarial del 20% pero que al final quedó
en un 4%, haciendo a un lado las protestas estudiantiles. De esa forma, pese a que en los sindicatos se incluya erradicar el acoso, aún trabajadores que se sienten intocables para agredir a las mujeres universitarias.