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Ricardo Sevilla
Tras el accidente ocurrido el sábado pasado en
la Línea 3 del Metro han surgido una serie de señalamientos que apuntan a que esta tragedia podría ser un acto intencional, realizado con fines políticos.
La secretaria general de Morena en la CDMX, Lourdes Paz, a través de sus redes sociales, dijo que no quería “pensar que son capaces de sacrificar inocentes por regresar a sus privilegios”, pero que el accidente de la Línea 3 del Metro podría haber sido un “boicot”.
Los señalamientos, sin ir más lejos, han recaído sobre Fernando Espino Arévalo, líder del Sindicato Nacional de Trabajadores del Sistema de Transporte Colectivo Metro (SNTSTC).
Pero, más allá de barruntos y suposiciones, lo cierto es que estos señalamientos han servido para dejar al descubierto la red de corrupción y nepotismo que, desde hace décadas, ha ido tejiendo Espino Arévalo, un michoacano, de 73 años de edad, que este 2023 cumplirá 45 años enquistado como líder del SNTSTC.
Durante la jefatura de Gobierno de Miguel Ángel Mancera, Fernando Espino logró estrechar tanto su relación con el actual senador perredista que muchas personas hablaron del surgimiento de una luna de miel entre el Gobierno de la CDMX y el SNTSTC.
Pese a que las cifras del gobierno mancerista hablaron de una recaudación de 2 mil 700 millones de pesos, al poco tiempo se supo que la recaudación por el aumento del boleto había sido mucho más jugosa: 2 mil 449 millones de pesos en 2014; 2 mil 518 millones de pesos en 2015, 2 mil 910 millones de pesos en 2016; 2 mil 833 millones de pesos en 2017; y 2 mil 904 millones de pesos en 2018.
De hecho, Mancera y Espino fueron quienes idearon crear el polémico Fideicomiso Maestro del Sistema de Transporte Colectivo (FIMETRO).
¿Y dónde fue a parar ese dinero que, supuestamente, pretendía ser invertido en obras y mejoramiento en las 12 líneas del Metro? Hasta hoy es un misterio. Espino, que ha sido un político saltimbanqui y va dando saltos de partido en partido, sin importar el color ni la ideología, sólo está interesado en sostener sus ambiciones y, ahora, en desbarrancar la enorme aceptación que tiene la Jefa de Gobierno capitalino, Claudia Sheinbaum.