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Jorge Gómez Naredo
La captura ayer de Ovidio Guzmán no sólo fue un duro golpe al Cártel de Sinaloa y al crimen organizado en general, sino que también lo fue para los opositores que han basado parte de su discurso en contra del Andrés Manuel López Obrador en lo que ellos mismos llamaron “culiacanazo”.
En octubre de 2019, en un operativo donde participaron elementos de la DEA, se capturó a Ovidio Guzmán. Sin embargo, células de crimen organizado amenazaron con atacar a civiles en todo Culiacán. En ese momento, el presidente valoró la situación, y para evitar una terrible masacre, decidió librar a Ovidio.
A partir de este hecho, la oposición afirmó una y otra vez que López Obrador tenía vínculos con el crimen organizado. Esta campaña se ahondó cuando, en un acto en Badiraguato, en Sinaloa, la mamá de Joaquín Guzmán Lorea saludó al presidente. Esta campaña de “vínculos” entre AMLO y el Cártel de Sinaloa fue mentirosa, y extremadamente absurda.
Sin embargo, la oposición se basó en ella para atacar una y otra vez al actual gobierno. Ayer, la captura Ovidio Guzmán fue en un operativo quirúrgico, donde el detenido fue trasladado de forma inmediata a la Ciudad de México, y con ello se aminoraron las reacciones violentas de los miembros del Cártel de Sinaloa.
Así pues, el golpe que ayer el gobierno de México le dio al crimen organizado, de cierta forma también fue un golpe a la oposición, pues ésta ha basado buena parte de sus críticas a AMLO en repetir, una y otra vez, que éste ha sido un fracaso en materia de seguridad porque “protege” a Ovidio y porque tiene vínculos con el Cartel de Sinaloa. Ante este vacío, ¿ahora qué inventarán los opositores para golpear a AMLO?
