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Salvador Guerrero Chiprés
La recuperación del espacio público incluye el acercamiento de servicios para la ciudadanía: la comunidad se activa conforme sus individuos son incorporados claramente a cadenas de auxilio o de servicio.
Iztapalapa es un ejemplo y un detonador para otras alcaldías y municipios por tipo de proyecto, liderazgo y forma de coordinación.
Hace tres años abrimos en esa demarcación la primera de cuatro sedes alternativas del Consejo Ciudadano. El 5 de enero de 2020, el Consejo Ciudadano abrió en Luis Hidalgo Monroy 100, en el Barrio San Pablo, una instalación que nos permitió identificar la oportunidad para un modelo de atención territorial con el cual, identificamos desafíos centrales: violencia familiar, fraude, extorsión y temas psicoemocionales.
Nuestros datos y los oficiales disponibles en esta alcaldía indican que los delitos de alto impacto pasaron de 9 mil 604 en 2019 a 4 mil 926 el año pasado. Acompañan una tendencia a la baja registrada en toda la capital nacional bajo el impulso de la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum.
Iztapalapa, gobernada por Clara Brugada, realiza la mayor aportación al decremento general de incidencia delictiva de la capital nacional con un 18.8 por ciento del total.
Gracias a la apertura de Brugada, participamos en las estrategias Siempre Vivas, Caminos Libres y Seguras, así como en campañas contra la extorsión.
En tres años, cerca de 47 mil personas de Iztapalapa han sido atendidas en la sede o en la Línea de Seguridad o Chat de Confianza, 55 5533 5533; siete de cada diez son mujeres. El 25 por ciento lo hizo ante situaciones de extorsión, 19 buscó orientación jurídica, 17 por ayuda psicológica y 8 por ciento por violencia familiar en toda la zona.
Iztapalapa es ejemplo de gestión pública y construcción coordinada de solidaridad ciudadana.
