12 lecturas
Enrique Sánchez Márquez
Maestro del juego en el vaivén de los tiempos, con el que hila el pasado histórico, el conflictivo presente y la prospectiva de un mejor futuro, el hombre de Palacio aclara, descifra y apunta soluciones, día a día en sus cotidianas mañaneras.
Historiador nato con el optimismo reflejado en su rostro, en sus ojos y en sus palabras que salen pausadas de su mente, López Obrador contempló que vienen cosas muy buenas para este año que inicia y puso como premisa la fortaleza cultural de nuestro pueblo.
De ahí viene todo, de ahí dimana nuestra fortaleza para resistir cualquier calamidad, llámese pandemia, crisis económica, malos gobiernos, huracanes y temblores.
No soslaya, más bien remacha la nociva presencia de la influencia y corrupción herencia del conservadurismo.
Esta vez, en su primera conferencia del año hablo de las virtudes y del valor que nos heredaron las sociedades prehispánicas y fue tácito que todo se quiere explicar a partir de la invasión de España, pero aclaró que México no se fundó hace 500 años porque atrás está Tenochtitlán 200 años antes, o Palenque que se construyó 1000 años antes de la llegada de los españoles.
Ahí está el arte, el conocimiento de la astronomía, de las matemáticas, de la arquitectura, de la ciencia eso es lo que heredamos, históricamente es lo que nos ha salvado.
Más cerca del proceso histórico de la nación resalta que el nuestro es de los más importante y fecundos en el mundo.
Para ese momento, ya está hablando de esos neoliberales que ya no querían que se hablará de historia, y hasta hablaron del fin de esta narrativa.
En contrario fue más explícito y se soltó con preguntas de donde dijo ahí está mi optimismo:
¿Pero dónde están los Hidalgos en el mundo? ¿Dónde están los Morelos? ¿Dónde están los Juárez? ¿Dónde están los Maderos? ¿Dónde están los Villas? ¿Dónde están los Zapatas? ¿Dónde está el general Cárdenas? ¿Cuáles son los gobiernos como los del general Cárdenas en el mundo?
Así comenzó el año de las preguntas y respuestas en Palacio.