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Ricardo Sevilla
Este año que termina vimos a una oposición empeñada, incluso podríamos decir; enloquecida, en tratar de descarrilar el proyecto político de López Obrador. Con pasmo, vimos a los personajes que otrora fueron considerados destacados en la izquierda aliándose con los intereses más viles y mezquinos de la derecha.
Sin embargo, a través de reportajes e investigaciones periodísticas muy rigurosas, se logró arrebatarles la máscara de la probidad ay descubrir que escondían un rostro golpista.
Pero hablemos ofreciendo ejemplos y datos duros, como deben hacer los periodistas. Durante estos doce meses, vimos a un personaje llamado Sergio Aguayo, que se presume defensor de los derechos humanos, lanzando arpones envenenados contra el gobierno federal. Sin embargo, mediante un reportaje develamos que su animosidad se debía a que, en sexenios pasados, solía gozar de privilegios económicos que este gobierno se ha negado a seguir abonando.
López Obrador, que realiza un concienzudo ejercicio de reflexión en sus Conferencias Mañaneras, nos recordó que otro de sus opositores, Héctor Aguilar Camín es el dueño y director de la empresa editorial Nexos, una publicación salinista, una revista que en sus arranques estuvo patrocinada por el corrupto Carlos Salinas de Gortari y, en adelante, por sus siguientes cuatro sucesores: Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
También se encontró que Roger Bartra, otro de los críticos más virulentos de AMLO, quien durante muchos años navegó con bandera de intelectual de izquierda, lejos de ser “un intelectual independiente”, como se presume, pasó a vivir de becas y formar parte del grupo intelectual que encabeza Enrique Krauze.
Otro personaje que también quedó al descubierto fue el actor Daniel Giménez Cacho cuando develamos que su hermano, Luis Emilio Giménez-Cacho, había trabajado como jefe de asesores del consejero presidente del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdova. Este 2022 logramos quitarles el falso velo de la probidad a muchos personajes corruptos. Y este 2023, si todo marcha bien, continuaremos haciéndolo. ¡Feliz Años Nuevo, público memorioso