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Arreando al Elefante | Krauze sigue ‘engorilado’ con AMLO

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Ricardo Sevilla

Enrique Krauze está enojado porque el sexenio sigue avanzando y el Presidente López Obrador no ha cedido a sus chantajes. Fuentes que trabajan con el empresario cultural, quien se empeña en presentarse como historiador, nos aseguran que el dueño y director de la empresa Clío Libros y Videos, S. A. de C. V. “está engorilado porque su compañía, que fue muy próspera y lucrativa en épocas del burdo Vicente Fox, del borracho Felipe Calderón y del atarantado Peña Nieto, actualmente ya no tiene acceso a las millonadas que antes tenía”.

Y es que el dueño de la revista Letras Libres, una soporífera publicación que ya nadie lee, solía tener un lucrativo negocio haciendo videos de cincuenta minutos.

Antes de que López Obrador llegara a la Presidencia, Krauze se dedicaba a visitar y lisonjear a los presidentes en turno y, con la facundia de un vendedor de cuentas de vidrio, lograba sacarles sumas millonarias.

Pero no crea usted que era dinero de su cartera, sino de las arcas públicas. “Para completar sus gastos operativos, según nos dice una filósofa que solía publicar en Letras Libres y era muy cercana al subdirector de ese pasquín, Krauze ordenaba a sus palafreneros que salieran a recorrer estados y municipios con tal de obtener algunos contratitos extras”.

Para sustentar sus dichos, la excolaboradora de Letras Libres y amiga de piquete de ombligo de Fernando García Ramírez, nos mostró una factura por un total de 2 millones de pesos por un video que, en 2017, Clío le vendió a Banobras. Los datos duros son consistentes y, a través de ellos, pudimos constatar que la receptora del pago fue precisamente la empresa de Enrique Krauze Kleinbort. ¿Tiene RFC? Sí, y aparece nítidamente en el documento: ECL910930T8A.

Y si usted se pregunta por qué el “historiador” está tan enojado con AMLO y, cada que puede, le grita “Mesías Tropical”, “dictador” y otras burradas del estilo, ya sabe usted cuál es el meollo del asunto: Krauze extraña los contratos leoninos que posibilitaban que el empresario pasara buena parte del año paseándose en Nueva York.

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