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Salvador Guerrero Chiprés
El combate al tráfico y a la trata de personas, la detención de generadores de violencia y la promoción de una cultura de paz, están señaladas como prioridades de las principales ciudades del mundo y la capital nacional forma parte de ese diálogo.
En algunos aeropuertos, por ejemplo, en Londres, estos tres elementos están señalados como advertencias para fundamentar la inaceptabilidad del ingreso de viajeros. Acuerdos entre las élites para generar
certidumbre de mediano y largo plazo; ruta común aceptada de gobierno; ampliación de una base tributaria que desmantela la informalidad; terminación de privilegios de servidores públicos; eliminación de
corrupción e impunidad, todo ello, es la base de los éxitos que todas las metrópolis globales registran en materia de seguridad y de percepción de la misma.
Si ha de terminarse con atentados a la vida de personas, periodistas o no; asegurar tasas de incidencia delictiva como las de los principales países del mundo, a lo cuales México pertenece por su integración a la
OECD, población y generación de riqueza, entre las claves se halla la reconstrucción de equilibrios políticos programáticos y retóricos que den certeza, reconozcan la utilidad de ser sensibles, así como la conveniencia de mantener disciplina y firmeza en el rumbo convergente.
En el escenario mexicano, a pesar de las críticas al presidente Andrés Manuel López Obrador, ese rumbo solamente lo puede garantizar una fuerza que tenga amplio respaldo popular y con liderazgos capacitados en materias donde se entregan resultados como ha ocurrido en la CDMX, gobernada por Claudia Sheinbaum Pardo.
Evidencias: las detenciones de los presuntos responsables de los crímenes de la colonia Roma, la detención de montadeudas y avances en la investigación por el atentado contra Ciro Gómez Leyva.