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Ricardo Sevilla
Fuentes cercanas a Ricardo Monreal nos aseguran que el senador está devorado por la frustración. Personas que trabajan cotidianamente con él sostienen que su humor, de por sí flamígero, ha alcanzado temperaturas infernales.
En una charla que nos piden que sea anónima, aseguran que su jefe lleva semanas tenso y enojado. “Todos los días se queja de que en Morena no lo valoran y, por eso, constantemente amaga con irse”, nos cuentan.
Hace un par de días, mientras lanzaba una de sus habituales verborreas llenas de descalificaciones, Monreal se mordió la lengua. Los videos donde
se ve cómo sangran sus arterias linguales es perturbador. Apenas siente la mordida, Monreal pierde los estribos y vomita una retahíla, donde reclama a la gente que no lo conozcan ni a él ni a su lucha.
Hay personas que cuando se enfadan dejan paralizados a quienes lo presencian. Y Monreal es uno de ellos. El zacatecano quiere suceder a López Obrador, pero la gente lo percibe falaz y traicionero.
Sus cercanos nos dicen que “hay que tener mucho cuidado con Monreal, porque cuando el presidente de la Jucopo piensa en represalias, lo hace a lo grande”.
De acuerdo con sus propios colaboradores, “Monreal está harto de esperar. Está harto de que intenten someterlo. Harto de aguantar que López Obrador desdeñe su cruzada”. ¿Y cuál es la cruzada de Monreal?, preguntamos. Y la respuesta es escalofriante: “él mismo”.
También nos cuentan que “a Monreal le encanta declamar como si fuera un intelectual, pero no sabe manejar los conceptos, así que acaba extraviado en sus propias palabras y haciendo el más espantoso
de los ridículos. Por eso ha contratado a personajes rastreros como Gibrán o Leticia Robles de la Rosa, que, por su correspondiente chayotito, le han hecho creer que puede tener posibilidades de suceder a López Obrador, pero lo único que han hecho es engañarlo”.
Lo cierto es que, más allá de las quejas de sus colaboradores, lo único que ha logrado Monreal al tratar de dinamitar el movimiento que encabeza AMLO es morderse la lengua hasta sangrarse.
