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Ricardo Sevilla
¿Sabía usted que Luis Emilio Giménez-Cacho,
el hermano del actor Daniel Giménez-Cacho, ha tenido una estrecha relación con el consejero presidente del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdova? Quizá no. Y es probable que no lo supiera porque, aunque el protagonista de la película Bardo ha sido muy crítico del presidente López Obrador, jamás ha pronunciado una sólo cuestionamiento hacia su hermano.
Pero no hace falta. Aquí, en esta columna, nos caracterizamos por hacer críticas frontales y con datos duros. Dicho esto, déjeme contarle que Luis Emilio Giménez-Cacho García siempre ha sido un virulento crítico de López Obrador. De hecho, antes de que AMLO asumiera la presidencia, el hermano del actor hispano-mexicano, quien trabajaba en el INE, dijo que temía perder su pensión dorada y pidió su retiro anticipado.
En 2018 solicitó su retiro, cuando se desempeñaba precisamente como coordinador de asesores de la Presidencia del INE, llevándose a su cómodo retiro un salario bruto de 220 mil 395 pesos mensuales y una compensación de 2 millones 162 mil pesos.
Recordemos que, entre el 1 de enero de 2017
y el 31 de septiembre de 2021, el fideicomiso denominado “Fondo para Atender el Pasivo Laboral del Instituto Nacional Electoral (INE)” pagó 941 millones 471 mil pesos en reconocimientos a servidores públicos o prestadores de servicios por honorarios asimilados a salarios con funciones de carácter permanente, quienes decidieron dar por terminada su relación jurídico-laboral o contractual con el INE. Entre los beneficiarios estuvieron Benito Nacif, Marco Antonio Baños, Luis Emilio Giménez- Cacho y otros 3 mil 744 exfuncionarios.
¿A poco no es curioso que el fundador y directivo del Teatro El Milagro, Daniel Giménez-Cacho,
jamás haya hablado sobre su hermano, Luis Emilio Giménez-Cacho, quien además de haber sido coordinador de asesores de Lorenzo Córdova, fue coordinador administrativo de la Presidencia del Consejo General del IFE, y ahí, como no queriendo la cosa, también fue asesor del consejero presidente, o sea de José Woldenberg? Sorpresas te da la vida, dice el clásico.