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Padres de familia y conocidos piden a las autoridades avances de las investigaciones sobre el caso de Gibrán, un menor de edad que perdió la vida durante su clase de futbol.
Redacción Grupo Cantón.
“¡Pásamela!¡Aquí!¡Aquí!”, se escuchaba entre gritos y sonidos de tenis resbalando en el club deportivo Sportium, ubicado en la colonia Tetelpa, alcaldía Alvaro Obregon, muy cerca del Desierto de los Leones. “¡Goool!”, “Goool!” gritaron varios de los integrantes del equipo, quienes creyeron que Gibran de 12 años de edad metería el balón dentro de la portería contraria. 3-1 señalaba el marcador a favor del equipo contrario y ya solo faltaban unos minutos para que el partido terminara.
En la desesperación de los jugadores por empatar en los últimos minutos, los integrantes sacaron fuerzas desde los más profundo de su ser y comenzaron a soltar cañonazos aunque, algunas veces ni siquiera iban tan direccionados a la portería.
“¡La volaste!” gritaron varios compañeros, segundos después de limpiarse el sudor del rostro con la playera y ahogarse de agua tras el ajetreado partido, “¡Ha estado muy reñido!”, dijo uno de los compañeros del equipo de Gibrán, mientras varios se ofrecían a subir al domo por el balón que se había volado y así terminar el juego. “Tiene que ser alguien livianito”, dijeron los participantes en la cascarita.
“Tú, Gibrán, lánzate”, propuso alguien, por lo que el menor, sin medir el peligro, se trepó al domo que cubría la cancha, sin embargo, no pasaron ni 5 segundos, cuando se escuchó un fuerte grito seguido de un golpe seco en el piso.
Los pequeños deportistas se quedaron pasmados al ver caer desde una altura de seis metros el cuerpo de su compañero; el trancazo fue lo que los hizo reaccionar y, acercarse rápidamente a él “¡Gibran, ¿estas bien?!” dijeron varios, mientras el menor se apreciaba inconsciente.
“¡Llamen a una ambulancia!”, gritaron desesperados, lo que alertó a los entrenadores, quienes ni cuenta se dieron cuando el menor subió al domo. Inmediatamente llamaron a los paramédicos, así como a los padres del menor;
“El niño se pegó en la cabeza trae fractura craneal, se dañó un pulmón y fractura en clavícula” escuchó en la bocina Antonio “N”, padrastro de Gibrán, quien rápidamente se trasladó al deportivo y encontró al pequeño malherido. Una ambulancia trasladó a Gibrán al Hospital Xoco ubicado sobre la avenida Cuauhtémoc, colonia Xoco, en la alcaldía Benito Juárez, donde el médico en turno le dijo lo siguiente: “¡No podemos atender al menor, desafortunadamente no contamos con el material necesario para su intervención!”.
Sin embargo, minutos más tarde debido a la gravedad del niño, lo atendieron. “¡Lo lamento mucho, Gibrán ha perdido la vida!”, dijo el médico a familiares del menor quienes se abrazaron y comenzaron a llorar desgarradoramente.
“¡No me diga eso!” decía su madre quien no podía parar de gritar. La hermana del menor se dirigió al deportivo, y cuando ya estaba afuera del lugar observó su reloj, eran las 5:50 de la tarde “¡Necesito pasar!” dijo.
La joven logró entrar a las instalaciones y se percató que el personal de intendencia ya había limpiado el espacio donde su hermano, horas antes había caído, “¡No puede ser!”, pensó mientras salía del lugar con los ojos llenos de lágrimas, pues las autoridades de la Fiscalía capitalina aún no habían realizado las primeras diligencias. Ante los hechos padres, familiares y conocidos exigieron justicia para Gibran quien, al parecer, perdió la vida por negligencia de los entrenadores.
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