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Salvador Guerrero Chiprés
A la investigación desaseada, encubridora y con tardanza que la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, ha descrito en dos conferencias de prensa en relación con lo presentado por el Fiscal General de Justicia de Morelos, Uriel Carmona, se agregaron detalles ilustrativos del tipo de autoridad de la vecina entidad.
Por supuesto, lo central es la disposición política, la racionalidad sostenida en evidencia, para evitar que Rautel “N” permanezca impune o que Carmona niegue la existencia del feminicidio.
El empresario, con intereses en el estado de Morelos, fingió carecer de responsabilidad en el traslado del cuerpo de Ariadna y eventualmente en su asesinato. Luego, Sheinbaum compartió la dramática escena de ese personaje cargando el cuerpo de quien sería arrojada después en la carretera de Cuernavaca.
Sheinbaum denunció las inconsistencias en la conclusión expuesta por el fiscal Carmona sobre una broncoaspiración como causa del deceso, lo cual habría dado paso a la impunidad en el feminicidio.
Ahora, el fiscal parece replegarse. Dice que nunca dijo que no hubiera golpes. La FGJ de la CDMX, sostiene, en contraste, que la muerte resultó de traumatismo múltiple.
Entre los detalles: agentes de investigación de Morelos, sin orden judicial ni oficio de colaboración, se presentaron en la CDMX para recabar los videos del sitio donde ocurrió el crimen, cinco días después. Del otro lado, la fiscalía morelense ha pospuesto entregar la ya solicitada carpeta de investigación a la autoridad en la CDMX.
Y uno más. Carmona envió a la Fiscal Godoy un enlace a un sitio web pornográfico, aunque hora y media después aseguró que no era responsable sino que lo habían hackeado. Carmona estaba en esa rutina y se equivocó de destinatario o participaba con el envío de una rara provocación a la Fiscal Godoy. A ver qué dice ahora.