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Sujetos a bordo de una motocicleta balacearon a la mujer afuera de su hogar.
Redacción Grupo Cantón.
Era un día soleado, muy normal y cualquiera en la vida de Irma, quien se encontraba en su vivienda localizada en La Segunda Cerrada del Río Nevada, colonia Ejidos del Socorro. A sus bien vividos 50 años de edad, la mujer escuchó que había mucho disturbio en la calle o muy posiblemente, algo le decía que tenía que salir, pues aquella tarde la muerte le tenía preparada una trampa.
Fue así como bajó las pequeñas escaleras y con ropa muy cómoda, de esas que son para dominguear, se dirigió a la puerta y, sin dudar abrió el zaguán. Luego de asomar la cabeza y ver que todo parecía normal, salió completamente y con la mano en la cintura posó en su banqueta unos cuantos segundos.
A distancia se escuchó el motor de una motocicleta que, al irse acercando incrementó su velocidad, sin embargo, Irma sin presentir que la muerte se encontraba muy cerca, la vio venir y llegar hasta ella.
Fue así como los dos sujetos, se posicionaron justamente al frente Irma e inmediatamente, uno de ellos desenfundó un revólver y sin piedad apuntó contra la mujer, detonando el arma una y otra vez hasta verla caer sangrente.
” ¡Métete a la casa!” y “¡Dios bendito!” , gritaron algunos testigos, quienes al ver la muerte violenta de la mujer se metieron corriendo a sus domicilios, mientras el sonido de la motocicleta se perdía a la distancia. Minutos después, arribaron al lugar de los hechos algunos policías y paramédicos, sin embargo, el cuerpo de Irma ya se encontraba desvanecido sobre la banqueta, sangrante y sin vida.
“Uno nunca sabe cuando le va tocar” , decía Irma en vida, muy conocida en barrios de Cuautitlán Izcalli, por su carácter fuerte pero sobre todo porque como dice la canción El Rey, su palabra “era la ley” .
Hasta el momento la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) investiga las causas que terminaron con la vida de Irmita, sin embargo, no se sabe con exactitud qué llevó a aquellos sujetos a despojar de la vida a la mujer. Algunos rumoran que Irmita andaba en malos pasos, mientras otros dicen que su muerte se debió al pago de una deuda de un familiar.
Lo que sí es verdad, es que los sujetos la atacaron directamente a ella, como si fuera un ajuste de cuentas, bien dice el dicho que “aunque te quites o aunque te pongas, cuando te toca, te toca”. Sus familiares no daban crédito a lo sucedido, sin embargo, a la hora en que los detectives recogieron sus testimonios para tratar de establecer el móvil del crimen, guardaron mucho hermetismo, lo que refuerza la hipótesis de una venganza.
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