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Jorge Gómez Naredo
Durante años, buena parte de quienes hoy conforman la oposición afirmaron que, si Andrés Manuel López Obrador llegaba a la presidencia, la economía sería un desastre. Dibujaban un panorama aterrador: devaluación severa del peso, pérdida de los ahorros de la gente, fuga de capitales, empresas cerradas, pobres extrema incrementada de forma abrupta y trágica…
A sí fue la campaña en 2006 del PAN, con el famoso “AMLO, un peligro para México”. Los empresarios contribuyeron haciendo guerra sucia.
El Consejo Coordinador Empresarial, por ejemplo, emitió un anuncio donde una bicicleta se caía, una metáfora de lo que sería “el gobierno de AMLO”. Cosas similares se dijeron en 2012.
Pero Andrés Manuel López Obrador llegó a la presidencia de la República en 2018, y nada de lo que dijeron y repitieron hasta el hartazgo se ha cumplido. El gobierno emanado de Morena ha sido responsable en la
parte macroeconómica. Además, enfrentó de forma óptima dos grandes crisis internacionales que han golpeado severamente a las economías del mundo: la pandemia de Covid-19 y los efectos de la guerra entre Ucrania y Rusia.
A pesar de estas dos crisis mundiales, el peso mexicano ha mantenido un desempeño notable. Y aunque la economía no ha crecido a una tasa mayor al 6% (prácticamente ninguna economía del mundo lo ha hecho en estos años), no ha caído como otras economías.
Ta n buen desempeño ha ten ido la economía mexicana que, según el Fondo Monetario Internacional, superará a la de España en unos meses, algo que no sucedía desde hace más de 20 años. Así pues, no se fugaron capitales ni ha habido devaluación ni se cayó nada. Todo fue guerra sucia de quienes hoy son la oposición.