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Samuel Cantón Zetina
Aunque no es falso lo que afirma sobre la violencia -lo dice en base a datos oficiales-, el periodista Jorge Ramos incurre en graves omisiones al cuestionar y culpar al presidente López Obrador.
Dejando de atender el fondo del asunto, cae en el terreno del sensacionalismo y del lucimiento personal.
Asegurar que el de AMLO es “el gobierno de los muertos” puede vender periódicos y atraer auditorios, pero no es exacto.
Desde la perspectiva de Ramos, el tabasqueño “pasará a la historia” como el presidente del gobierno de los muertos.
Lo sería, si únicamente existiera un gobierno en la República, y entonces su titular resultara exclusivamente responsable.
Pero no: hay Gobierno federal, además de 32 gobiernos estatales y 2, 469 municipales, de los que constitucionalmente depende la seguridad pública.
Excepcionalmente, la facultad de los municipios es cedida a los estados por medio del llamado Mando Único.
¿Cómo puede ser la administración obradorista “el gobierno de los muertos”? Tenemos, eso sí, lamentablemente, una nación de difuntos al alza por la irresponsabilidad e ineficacia -en conjunto- de todas las instancias y ámbitos involucrados.
En ese entendido, hacer una comparación de resultados entre presidentes sirve al rating y a los reflectores, aunque no a la verdad ni al rigor de las cifras.
Cuando mucho, procede el símil -dimensionado- de los saldos entre los gobiernos federales de hoy y ayer.
¿Qué dijeron de Ramos los medios contrarios a la 4T?
Bueno…, que es “muy valiente”, que el jueves se enfrascó en un “encontronazo” con el mandatario, y que -textual- “pudo” contra el presidente.