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Jorge Gómez Naredo
Prácticamente todas las encuestas que se han publicado en los últimos días afirman lo mismo: que el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) ganaría las elecciones presidenciales en 2024, y que los partidos de oposición están en una crisis muy profunda de donde, por más que hagan y digan, no se pueden levantar.
También las encuestas evidencian que la aprobación de Andrés Manuel López Obrador o aumenta o se mantiene, es decir, que la gente, a pesar de toda la guerra sucia y del “desgaste natural del poder”, continúa apoyando al presidente.
Muchos analistas conservadores se han preguntado insistentemente por qué las encuestas muestran estos resultados. Es decir, ¿Por qué los mexicanos continúan confiando en López Obrador y por qué Morena no ha bajado en la intención de voto?
En columnas y mesas de debate, estos analistas se muestran sorprendidos, y tratan de explicarse el “apoyo al presidente”. Unos afirman que el pueblo es tonto y, aviesamente, AMLO lo engaña con su mañanera. Unos más indican que la gente no se ha dado cuenta de que todo va muy mal, y por eso sigue simpatizando con el presidente y con Morena.
La cuestión es que muy pocos de estos analistas indican que la gente apoya a AMLO porque AMLO es un presidente que no invisibiliza al pueblo y que, al contrario, lo mira, lo menciona, lo reivindica y trabaja por él.
Sí, la gente está con AMLO porque AMLO ha cumplido la promesa de hacer justicia, y de gobernar primero para los pobres.
Por eso en las encuestas no baja el apoyo al tabasqueño. Y por eso, a donde va, la gente se arremolina para verlo, para saludarlo, para tomarse una foto con él y, especialmente, para agradecerle que, por fin, hay un presidente del pueblo.
