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Ricardo Sevilla
Ayer, Andrés Manuel López Obrador rindió su Cuarto Informe de Gobierno. Como suele ocurrir, los sicarios de la pluma comenzaron
a lanzar dardos pestíferos antes de que el tabasqueño iniciara el resumen de trabajo que ha realizado durante su gestión como
presidente de México.
Por aquí y por allá hubo medios de (des)información que sacaron, como pan caliente, ataques virulentos contra el Jefe del Ejecutivo.
En un periódico dijeron: “Lea usted las frases más polémicas de AMLO”; en otro portal publicaron: “el Presidente tropezó en sus niveles de aprobación”; de hecho, hubo un diario que, de plano, decidió colocar un mensaje de los políticos de oposición en su portada: “Informe de AMLO serán promesas incumplidas, mentiras y retrocesos”.
Ayer se volvió a notar que, en los medios de comunicación neoliberales, la objetividad y la neutralidad salieron por la puerta trasera.
La mayoría de las publicaciones y portales de derecha están desahuciados. Sus niveles de audiencia están por los suelos y, desde hace
tiempo, su credibilidad se fue por el excusado.
Justo por eso, por su desesperación y su falta de empatía con el pueblo, sólo están tratando de llevar agua para su molino. Con la boca llena de mentiras, la oposición gritó que el Informe era un fracaso. Pero, incapaces de llevar a cabo la reflexión más simple, no pudieron presentar ningún argumento. Y no lo presentaron porque no lo tienen.
Durante el último año de esta administración, por ejemplo, el Presidente ha impulsado el tema educativo, aumentando salarios y poniéndose del lado de los docentes, quienes, de acuerdo con él, son “los verdaderos apóstoles de la enseñanza”. Me pregunto si la oposición tendrá la suficiente servicia como para oponerse a la creación de las 55 universidades que se crearán para cubrir el déficit de médicos y enfermeras en las instituciones de salud pública.
Si se oponen no nos sorprenderá, pero corroborará que sí son sicarios de la pluma. gasolinas y dejar de importar combustibles”.
