12 lecturas
Gerardo Fernández Noroña
1. Se conocía como “la cargada”, el fenómeno priísta en que una vez destapado el candidato, todos olvidaban a quien habían apoyado y se iban en masa a manifestar su respaldo al ungido.
2. “El tapado”, “el dedazo” y “la cargada”, era la manera coloquial como la gente había calificado el proceso de designación unipersonal que hacía el presidente de su sucesor. El presidente en turno jugaba con los aspirantes que eran los “tapados”; designaba a su sucesor -“el dedazo”- y, todos salían en estampida a cerrar filas con el designado -“la cargada”-.
3. Eran mecanismos de un sistema presidencial omnímodo. El poder ejecutivo subordinaba al legislativo y al judicial. El presidente de la República era Dios sobre la tierra.
4. Nosotros luchamos por décadas contra ese sistema autoritario y vertical que tanto daño le hizo al país.
5. Sin embargo, los resabios de la cultura política priísta siguen presentes en todas las fuerzas políticas y nuestro movimiento no es la
excepción.
6. Aunque el compañero presidente manifiesta reiteradamente que será el pueblo el que determine a su sucesor, todo indica que están
en marcha para restaurar los mecanismos antes descritos, claro, con sus ajustes a la actualidad.
7. Frente al rechazo que generaría la imposición clara y contundente del sucesor, el compañero presidente ha mandado una serie de
señales, de mensajes, dando evidencias de quien le gustaría que lo sustituyera.
8. La cargada no se ha dado una vez formalizada la designación. Se da en respuesta a esas señales y toda la estructura de gobiernos
estatales y municipales del movimiento se pliegan a apoyar a esa persona.
9. La persona favorecida por “el dedazo”, promueve en su propia propaganda la idea de que es la designada.
10. Toda la estructura de poder de nuestro movimiento se encamina a formalizar la designación.
11. La cargada lo es por partida doble. La va cargando el compañero presidente y se da el fenómeno priísta antes designado.
12. La formalización de la candidatura se dará como resultado de la encuesta. No hay un procedimiento democrático para designar la
candidatura del movimiento y este mecanismo ayuda a formalizar la decisión tomada.