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Diego Elías Cedillo
Para aquellas personas que aún desconozcan los despilfarros y malas decisiones de los sexenios anteriores, como los de José López Portillo, hay 2 películas muy buenas aprovechando la popularidad de Netflix para narrar el pasado (y también para que los jóvenes y no los no tan chiquitos, reflexionen un poco, parafraseando al Presidente Andrés Manuel López Obrador).
La primera -obligada en la carrera de Economía del ITAM- es “1982: La Decisión del Presidente”, donde se narra la crisis económica en su mandato; y la segunda: “Las niñas bien”, basada en un libro de Guadalupe Loeza.
En esta última -casi al final del filme-, en el restaurante “Les moustaches” en la CDMX, se puede observar la llegada del exdirector de la CFE y exmandatario López Portillo y Pacheco al inmueble, donde es recibido por todos los comensales con ladridos de perro.
Será que ese mismo destino le deparará a los malos funcionarios que aún quedan por ahí, como es el caso del consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova, quien en su visita por la UNAM, fue increpado por un alumno gritándole: “Usted es un racista y no es bienvenido”.
Solo falta que en su paso por diversos lugares del país, el pueblo de México le empiece a aventar billetes a Córdova Vianello por aquello de su gusto hacia el dinero, o ya se le habrá olvidado al abogado que en 2000 decidió cobrarle al erario una dote matrimonial.
Sí, así como lo leen, las y los mexicanos le pagamos a don Lorenzo por haberse casado. ¿Qué pensaría el político izquierdista Arnaldo Córdova de su vástago?