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Jorge Gómez Naredo
La captura de Jesús Murillo Karam
es un golpe durísimo para el PRI y para
la oposición en general. Aquí algunas reflexiones al respecto.
A. Es el recordatorio de que el presidente Andrés Manuel López Obrador cumple lo que promete: cuando estaba en campaña afirmó que investigaría la desaparición de los estudiantes desparecidos de Ayotzinapa, y que se castigaría a los responsables.
B. La captura de Murillo Karam significa que la justicia puede llegar a quien sea.
Él era el Procurador con Peña Nieto, y
es un priísta importante: exgobernador, exsenador, expresidente de la Cámara de Diputados, ex secretario del PRI y de Estado. No es cualquiera.
Por eso es muy simbólico verlo capturado. No hay intocables.
C. También esta captura significa para muchos mexicanos la confirmación de que las anteriores administraciones eran corruptas e indolentes ante la tragedia. Hoy la gente está más convencida de eso, y por supuesto, afecta no sólo al PRI, sino a toda la oposición.
D. SibienesciertoelPANnodefendióa Murillo Karam, sí lo hicieron los del PRI y los del (decadente) PRD. Esos tres partidos están aliados en Va por México, así que esa “defensa” de Murillo Karam, que afectó negativamente al PRI y al PRD, también afecta a su aliado: el PAN. La oposición está desfondada por donde se vea.
E. Y claro, la captura de Murillo Karam
es un acto de justicia para los 43. Quienes permitieron su desaparición y supieron de eso y no hicieron nada para detenerlo, están en proceso de ser castigados.
Todas estas cuestiones confirman algo: que vivimos otros tiempos. La esperanza es realidad.