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Javier Lagunas
Las conferencias de prensa matutinas que ofrece el presidente de la república son un ejercicio, si no inédito, pues cuando fue Jefe de Gobierno de la CDMX también existían, sí constituyen algo único por la duración y apertura del mismo.
En esta ocasión, más que exponer o analizar los mensajes cifrados que AMLO envía en cada “mañanera”, dedicamos la colaboración de este día a reconocer el valor de que un mandatario rinda cuentas e informe sobre todos los temas que se pretenda conocer.
La rendición de cuentas del Ejecutivo Federal fue una de las grandes deficiencias del sistema político mexicano. Durante décadas el manejo de los recursos y otros aspectos de interés público eran vedados a la población, casi nada o nada se sabía de cómo y en qué se gastaba realmente el presupuesto nacional.
En esas conferencias se le puede preguntar de manera directa al presidente sobre esos aspectos y se informa, en algunos casos se ofrece comunicar tan pronto se tengan los datos; del mismo modo se inquiere pública y abiertamente sobre temas de seguridad (que no impliquen vulnerar el debido proceso o comprometer la secrecía de investigaciones en curso).
Si los reporteros que asisten a Palacio Nacional, desperdician el tiempo intentando “entrampar” al mandatario, a veces denunciando autoridades del orden estatal o municipal en temas que son de exclusiva competencia de esas esferas de gobierno, ya es asunto suyo.
En resumen, la conferencia matutina es una excelente oportunidad para hacer preguntas de interés general, para denunciar, con pruebas o argumentos
sólidos, actos que el presidente puede corregir, desde luego, para que se informe cómo va el país en lo general.