22 lecturas
Ricardo Sevilla
Se entiende que ningún gobierno este a salvo de las críticas. Pero cuando vemos que un grupo de supuestos “periodistas independientes salen a acusar coralmente que en México hay “una “dictadura” y está encabezada por un “mesías tropical”, surgen múltiples sospechas: ¿Por qué todos usan los mismos tópicos? ¿Por qué emplean el mismo fraseo? ¿Por qué todos trabajan como si fueran de un mismo bando? ¿Por qué todos injurian y usan las mismas ofensas?
La desconfianza se acrecienta cuando estos “analistas independientes”, siempre a coro, gritan (con idénticos clamores) que el presidente de nuestro país es un “autócrata” y su objetivo es hundir a México en un “infierno populista”. Y uno se pregunta: ¿No será un cuento pedestre y ramplón? ¿No será una patraña para engañar a los incautos?
Nuestro recelo se desborda cuando vemos que el supuesto “dictador”, desde que accedió al poder, en diciembre de 2018, se ha concentrado en apoyar, mediante programas sociales bien delimitados, a la población más vulnerable de nuestro país, que, dicho sea de paso, otrora solía ser castigada por un cruento régimen neoliberal.
Pero cuando el cuento se derrumba es cuando vemos que el supuesto “líder mesiánico” viaja a Estados Unidos y, sin ningún empacho, le exige a Joe Biden, considerado el presidente más poderoso del mundo (EU), que se ponga en marcha un programa sin precedentes para atender la inflación en ambos lados de la frontera, un programa que va más allá de las medidas monetarias, y que atiende las causas y promueve el fortalecimiento económico de América. Y es ahí cuando, una vez más, nos quedamos perplejos.
¿Pues no decían sus opositores, esos “periodistas independientes”, que el presidente de México era un “personaje apocado” y “desaliñado”? ¿Y entonces? ¿Cómo fue que el supuesto “líder populista” se las arregló para convencer a varias compañías estadounidenses se comprometieran a invertir 40 mil millones de dólares de aquí al final de su sexenio? Y es ahí cuando nos damos cuenta de que los intelectuales de derecha siempre han sido unos mediocres cuentacuentos.