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Ricardo Sevilla
Ayer, la Fiscalía General de Justicia de Campeche cateó la mansión del dirigente nacional del PRI, Alejandro “Alito” Moreno. La dependencia procedió dando seguimiento a la denuncia que hay en contra de este siniestro personaje por los delitos de enriquecimiento ilícito, peculado, abuso de autoridad, defraudación fiscal, lavado de dinero y uso indebido de atribuciones y facultades. Alito no es una fichita, sino toda una fichota.
A muchos causó emoción ver a los elementos policiacos con sus chalecos antibalas y armas largas golpeando el enorme portón e ingresando a la residencia de Alito. Las imágenes de los policías ministeriales escabulléndose por la puerta de acceso principal a una de las mansiones del corrupto y lenguaraz Alejandro Moreno, ubicada en el exclusivo y lujoso fraccionamiento de Lomas de Castillo, en la capital de Campeche, inundaron las redes sociales.
¿Era lo correcto? ¿Era lo adecuado?, se preguntaron, desgarrándose la ropa varias voces que se anidan en los medios de comunicación chayoteriles.
Y la respuesta me parece categórica: la verdad, ya se habían tardado. Y es que, dese hace unos meses, el desfachatado político priísta ha sido exhibido en una serie de audioescándalos que, por lo demás, ha difundido, cada martes por la noche, la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, en su programa de los “Martes del Jaguar”.
Ahora bien, la pregunta que debería inquietar al descolorido PRI es: ¿Cómo es que Alito logró comprarse esa clase de mansión cuando era gobernador? Si uno revisa su sueldo, nos sorprenderá saber que el tipo ganaba cinco millones de pesos al año y la residencia tiene un precio de 46 millones de pesos. Es decir: 41 veces más de lo que el priísta ganaba al año.
Alito, desde luego, tratará de victimizarse, pero lo que debería saber es que difícilmente habrá alguien que crea que un político honesto puede tener más de 22 propiedades, casi todas recubiertas de mármol y
acabados de lujo. El pueblo se ha quitado la venda de los ojos.
Lo único cierto, por ahora, es que hoy, en el Martes del Jaguar, la gobernadora de Campeche ya anunció que le dará otro zarpazo a la poca credibilidad de Alito. Pero ¿realmente terminará en la cárcel? Esa es la
pregunta que, más allá de todo cateo, se hace la gente.