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Arreando al Elefante | Descanse en paz… algún día

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Ana María Vázquez 

Pocas veces una fotografía se convierte en un símbolo, si te digo Debanhi, de inmediato traemos el recuerdo de su delgada figura, falda larga, esperando en la madrugada de Nuevo León al lado de la carretera. La Fiscalía tardó más en encontrarla que en declarar que había sido muerte accidental; su padre, inconforme con el resultado de la pericial y con las inconsistencias del caso, ordenó una segunda autopsia en la que surgieron más detalles, poniendo en duda el caso “armado” por la Fiscalía.

Hoy será exhumada nuevamente… por tercera vez, una joven que ni siquiera debió morir y que entre otras cosas ha sido también revictimizada. A meses de su fallecimiento solamente los peritos especializados y pruebas muy detalladas podrán resolver el dilema de su muerte, sin embargo, luego de tanto tiempo no hay, que se sepa, una línea de investigación, aunque la carpeta sigue abierta.

¿Sería mucho pedir que la Fiscalía de Feminicidios de Nuevo León hubiera tenido un poco de empatía desde un principio? ¿Sería mucho pedir que las fiscalías fueran empáticas con las desaparecidas, violentadas, agredidas?

Entre una cosa y otra, ni Debanhi ni sus padres pueden descansar, ha sido una larga y muy penosa despedida que no acaba de tener una conclusión justa
para la difunta y sus padres. ¿Alguien ha pensado en ellos? Víctimas los tres que por lo menos han podido visibilizar el caso a través de redes sociales, por lo
menos la empatía presidencial hizo que se atrajera el caso.

Los que en un principio “investigaron” el caso siguen en su puesto salvo dos mandos menores que fueron retirados de su cargo; Samuel sigue cantando la danza de la lluvia mientras se ocupa de que el transporte público suba escandalosamente sin argumentos ni previo aviso, así, de la noche a la mañana.

El estado se cae y una jovencita no puede descansar en paz; el estado se cae y ni a los propios regios parece importarle. Resulte lo que resulte del nuevo peritaje, no deja de ser doloroso tener que llegar a esto por una ineptitud de origen y así con el resto de los hechos que aquí menciono.

Mi solidaridad para con don Mario y su esposa, mi deseo para que Debanhi pueda finalmente descansar y finalmente se haga justicia.

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