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Diego Elías Cedillo
Qué tendrá el último fin de semana de mayo, que hace celebrar a los mexicanos, pues no habrá de olvidarse que una tarde como ésta -un año atrás- el Cruz Azul rompía su “maldición” y se coronaba como campeón del futbol mexicano, tras más de 23 años sin poder ganar el título.
Quien seguro estará celebrando igual que el gobernador de Hidalgo, Omar Fayad, es el Checo Pérez, ante su victoria en el Gran Premio de Mónaco; se rumora que a tal grado llegó el júbilo del piloto que se puso a celebrar con el expresidente Felipe Calderón, el cual se encontraba en Europa gozando de su buena vida.
La incógnita de lo anterior radica en saber si el tapatío Pérez Mendoza podrá seguirle el paso a Calderón Hinojosa, ante el rumor que es de carrera larga. Pero, ya en serio, la verdadera duda, que seguro mantiene más de un mexicano, es saber con qué recursos Felipillo puede asistir a la Fórmula 1 en Mónaco, el cual es considerado como uno de los más grandes eventos sociales del mundo.
Y hablando de indagar riquezas inexplicables, ante la noticia que el priísta Enrique Peña Nieto está viviendo en España, igual o mejor que el mismo Rey Felipe VI. Valdría la pena recordar aquella noche del 30 de noviembre de 2018, a las 21:00 horas aproximadamente, cuando ambos políticos se reunieron en Los Pinos y sostuvieron la última cena que vería dicho inmueble.
Acaso el tema de la conversación entre Don Enrique, “La bombonera” -como le decían sus amigos más cercanos- y Felipe habrá sido determinar el lugar de exilio del priísta originario de Atlacomulco.
POST-IT
Quien se llevó una embarrada de pastel peor que la Monna Lisa en el Louvre -este fin de semana- fue el senador Ricardo Monreal, en su visita por Hidalgo para “apoyar” al morenista Julio Menchaca.
Lo anterior, debido a que seguramente el zacatecano Monreal Ávila imaginó que al subir al templete lo corearían como “presidente, presidente”, al igual que a Adán Augusto o a la Jefa Claudia, sin embargo, triste ha de haber sido su impresión cuando los hidalguenses le gritaron “¡Fuera, fuera! ¡Traidor, traidor!”. La verdad en ocasiones, duele.