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Por Eduardo López Betancourt
elb@unam.mx
EN LA FRONTERA LOS EVITAN
Nuestros vecinos del norte tratan a toda
costa de evitar que los inmigrantes, en
particular centroamericanos, haitianos
y cubanos lleguen a su país.
Al respecto Ken Salazar recientemente se refirió a PROMOSUR, que consiste
en crear empresas para que la gente que
busca “el sueño americano”, pueda mantenerse en sus lugares de origen; sin duda
es buena idea, más resulta inviable por
la conflictiva de seguridad y corrupción
que hay en América Central.
Además, Salazar señaló que, auspiciado por el gobierno mexicano se creará un
muro para vigilar la migración y el control del tráfico de drogas, esto en el Istmo de Tehuantepec.
Nótese, es la misma
ideología de Trump, pero ahora será sobre nuestra frontera sur, ya que precisa
que es más fácil cuidar los 300 kilómetros en ese límite, que 2 mil millas que
existen en el norte de México.
Por más que se haga, difícilmente los
gobiernos estadounidenses verán con
simpatía a nuestro país.
Salazar ha tratado de encajar en la sociedad mexicana,
es amable, permanentemente participa
y opina en diversidad de eventos, pero al
final está para cuidar los intereses de su
nación, lo cual es entendible, aunque en
el fondo, insistimos, Salazar nos quiere
vender la idea de que un muro construido por México en la frontera sur, será sumamente benéfico.
Ello es muy cierto,
pero no debe dudarse que, hablar de muros en la actualidad es de las peores soluciones, mucho más si se considera la
postura optimista de muchas personas
que llegan por diferentes formas a Estados Unidos, no solo por tierra