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Ricardo Sevilla
El magisterio, tan vilipendiado y olvidado en épocas de Calderón y Peña Nieto, al fin, recibe buenas noticias. Y es que ayer la secretaria de Educación, Delfina Gómez, confirmó lo que se venía anunciando desde hace unos días: el aumento salarial a maestros y maestras que ganan menos de 20 mil pesos.
Otra buena noticia es que, adicionalmente, el gobierno federal pondrá énfasis en el cambio de modelo neoliberal educativo que, en este gobierno, como hemos observado ya desde hace un par de años, está mudándose hacia una perspectiva más humanista.
Y eso es importante por varias cosas. De entrada, en las aulas continuará enseñándose matemáticas, ciencias naturales, ciencias sociales, etcétera, pero todo ello poniendo en el centro de la formación cívica, la ética: el humanismo. A diferencia del modelo neoliberal, que estuvo secuestrado durante sexenios por los intelectuales orgánicos, la Cuarta transformación está poniendo en marcha un modelo educativo que se
preocupa por la justicia social y una sólida formación en materia de derechos humanos.
Esto dará oportunidad a que las niñas y los niños, que son el presente y el futuro de México, fortalezcan la perspectiva de género, la fraternidad, el respeto a la diversidad, la equidad entre hombres y mujeres y el amor hacia las culturas indígenas.
No a pocos nos llamó la atención la deferencia que el presidente López Obrador, durante la ceremonia oficial con motivo del Día del Maestro, tuvo hacia la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación
(CNTE). Les dijo que había que reconocerles que, en los momentos más difíciles, cuando estaba en su apogeo el neoliberalismo, “ellos estaban en la calle luchando y protestando”.
Ojalá que la belicosa CNTE considere este llamado hacia la concordia por parte de AMLO.