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Ana María Vazquéz 
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Disonancias

Disonancias I 10 de mayo

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Por Ana María Vázquez

@Anamariavazquez

El grupo de mujeres se acercaba a la
Macroplaza, los rostros desencajados y
enfurecidos gritaban ¡Fuera Samuel!, era el 10
de Mayo y acababan de encontrar el cuerpo de
Yolanda de quien en principio se dijo que había
huido de su casa por problemas familiares; al
filtrarse la noticia de que había sido encontrada
por casualidad, la primera versión fue que se
había colgado, luego, que se había suicidado al
ingerir sustancias y quisieron dar por cerrado
el caso con la confirmación del hallazgo en el
lugar de una “nota suicida” escrita en un vaso de
unicel del que su padre, Gerardo Martínez, dijo
que la letra no era la de su hija.

Como en el caso de Debanhi, las
contradicciones estaban a la orden del día y
mientras, otro caso, comenzaba a destacarse
entre los titulares de nota roja, el de 3 jóvenes
Yuridia de 15 años, murió víctima de un disparo
al oponerse a ser “levantada” junto con Alison,
su acompañante también recibió un disparo
y Selene, la tercera del grupo, se encuentra
desaparecida. Esto a plena luz del día en la zona
de Juárez, Nuevo León.

Los casos en el estado se acumulan pero
ese 10 de mayo, para el Gobernador, Samuel
García, lo importante era el festejo de “Día de
las Madres” para el que se había contratado a
figuras como Alicia Villareal para que amenizara
el evento. Las mujeres seguían gritando, se
montaron vallas para que las manifestantes
no “ensuciaran el evento”. Mujeres, madres,
guerreras gritaban indignadas ¡Ni una más!
52 mujeres, 52 jóvenes desaparecidas en lo
que va del año en un estado, que parece ciego y
sordo, muy al viejo estilo priista, un estado para
el que lo más importante es el “Pan y circo”, pero
cierra los ojos a los problemas más graves.

La Macroplaza se llenó, pero de policías
que trataban de contener a las manifestantes,
las madres ese 10 de mayo, no tenían nada que
celebrar.

Nombres como el de Frida, Allison, Paulina,
Celeste, Diana, Yolanda, Sofía, se vuelven
estadística, un número más ante la indolencia
de la autoridad local y con la urgencia de salir del
paso ante la opinión pública, se bordan las más
absurdas teorías.

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