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Samuel Cantón Zetina
Si quisiera, la oposición partidista podría aprobar la parte de la iniciativa de AMLO que pretende ahorrar 24 mil millones de pesos en gasto político y electoral, dejando a un lado, o rechazando, la referente a crear un nuevo organismo en vez del INE.
Ese dinero, anual, podría y debería dedicarse a obras que beneficien directamente a los mexicanos.
¿Por qué no a dejar atrás el salario de hambre de los policías, capacitarlos de verdad, y ver si así se comprometen con la seguridad? O a construir ¡80 hospitales! de especialidades en un sexenio, a un costo de $1,500 millones cada uno, incluyendo $300 millones de mantenimiento anual de c/u.
La propuesta consiste en reducir el número de diputados y senadores plurinominales; el financiamiento a los partidos y a los órganos electorales, y en sí, el costo de las elecciones para que dejen de ser las más caras del mundo.
La Cámara de Senadores se reducirá a 96 representantes y Diputados a 300. Los congresos estatales se compondrían ahora de un rango mínimo de 15, a uno máximo de 45 diputados, según la población. Y hasta la cantidad de regidores bajaría, estableciéndose un límite de hasta 9 de manera igualmente proporcional a los habitantes de los municipios.
Muy convenientemente, el PAN, PRI y PRD mantienen el debate en términos de que AMLO quiere borrar al INE para instaurar un partido único. Les cae como “anillo al dedo”. De lo otro, del dinero, ni hablan…
A decir de la oposición, se le restarían posiciones en los congresos y ayuntamientos, y al carecer del mundo de billetes que hoy dedica a corromper y envilecer gente humilde, “caería” sin remedio en las garras de los cárteles del narcotráfico. No reclaman subsidio público para convencer con programas u ofertar cambios reales a los electores.
Lo exigen sólo para vivir como príncipes a cargo de los contribuyentes, y regalar migajas a la extensa población necesitada. Para mantener a “la clientela”, pues. ¡Desvergonzados!