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Gerardo Fernández Noroña
1. Persa, acalderonado, pedo, jarra, son una serie de eufemismos para denominar a quien se emborracha.
2. Luis Donaldo Colosio Riojas acaba de alcanzar fama nacional, encabezando una reunión del cabildo de Monterrey, estando ebrio, desde un bar de Nueva York.
3. Colosio carga una enorme tragedia a sus espaldas, el asesinato de su padre cuando era candidato a la presidencia en el año 1994 y, la muerte de su madre pocos meses después, producto del cáncer. Quienes apoyan al joven alcalde de Monterrey lucran políticamente con su tragedia personal. Colosio la usa y se deja usar; pues hasta ahora no ha demostrado tener mayor talento más que el hecho de arrastrar el peso de su pasado.
4. Su reunión desde Nueva York en estado de ebriedad, presidiendo el cabildo de Monterrey, podría pasar por un hecho anecdótico, pero no lo es. El único mérito de Colosio es apellidarse igual que su padre. Fue un gris diputado local; es un alcalde ausente, baste decir que encabezó una reunión telemática del cabildo regiomontano desde un bar en Nueva York.
5. Bastante torpe de su parte sería la decisión de encabezar el cabildo desde un bar neoyorquino. Pero el video que ha trascendido, demuestra que el tipo estaba alcoholizado. Emite disculpas por las fallas técnicas, pero es evidente que las fallas son etílicas.
6. Colosio Riojas es joven, pero no es un muchacho. Tiene 36 años y quienes lo usan, alientan su ambición rumbo a la presidencia del 2024. Y él permite dicho lucro.
7. Coloso Rojas no tiene otro mérito adicional, si es que cargar su orfandad fuese meritorio. Sus promotores, han salido a decir que se le juzga con demasiada dureza por su desliz etílico. La verdad es que cualquier trabajador o trabajadora que estuviera en semejante estado durante su jornada laboral, sería despedido de inmediato.
8. Pero más allá de lo anecdótico, Colosio tendrá en breve que demostrar dos cosas hasta ahora ocultas: el nivel de su capacidad y el de su congruencia.
