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No solo son físicas las secuelas de los sobrevivientes, víctimas del desplome de la Línea 12 del metro; acusan a FGJ CDMX de malos tratos.
Ana Cecilia García/Diario BASTA
Las secuelas del accidente de la línea 12 en la estación Olivos, para los sobrevivientes no solo son físicas como en el caso de Sergio Santiago Pino, quien presenta dificultad motriz, también son psicológicas, como en el caso de Janeth Arzate Fagoaga (25 años), quien sufrió un esguince cervical grado 2 y fractura de clavícula, además, padece depresión y ataques de ansiedad que la llevan autolesionarse.
Platicó que a raíz de la tragedia de hace un año, sus nervios quedaron destrozados y de manera constante se llena de ira, soledad y tristeza. Sin dejar de mover sus dedos pulgares en círculos permanentemente, relató cómo se ha autolesionado, por lo que pide a las autoridades que le brinden atención especializada.
Aunque cuenta con el apoyo de su familia, y su propia madre la acompaña casi todo el tiempo, dice que es difícil vivir en esa condición permanentemente, pues le impide desempeñarse de manera adecuada en el trabajo.
En el caso de Sergio Santiago, también presenta signos de depresión, pues entre llanto contó cómo no solo perdió la capacidad de movilizarse, sino la frustración de ya no poder andar en bicicleta, de no poder cargar a su hijita.
Ambos, denunciaron que las autoridades de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX), los han maltratado, son déspotas y tampoco les dan información sobre la investigación del accidente en el Metro.