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Ricardo Sevilla
El domingo pasado la oposición evidenció, una vez más, su sevicia. Que el Partido Acción Nacional (PAN), el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y el Partido Revolucionario Institucional (PRI) (convertido en una vergonzante comparsa del blanquiazul), y sus aliados rémoras, votaran en contra de la propuesta de Reforma Eléctrica dejó en claro que estos partidos están en contra del pueblo de México. Y, por ello, van directo a su extinción.
Carentes de razones y argumentos, los legisladores de oposición, con ese envilecido amor que sienten por el injerencismo, intentaron consumar su ataque contra el pueblo y la soberanía nacional. Hoy México sabe quién está a favor de nuestro país y quiénes están a favor de vender nuestra patria a pedazos.
Pero como estos vendepatrias no son más que un hatajo de burdos y elementales, no lo consiguieron. Con esa pericia que caracteriza cada movimiento de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), el Ejecutivo presentó una propuesta de Reforma a la Ley Minera.
Pero ayer, justo cuando se tenía pensado aprobar la creación de una paraestatal que fuera la encargada de la explotación y exploración de litio en México, y que sería aprobada por mayoría simple (es decir: sin
la necesidad de que la propuesta pasara por comisiones), la oposición panista decidió hacer gala de su característica vileza: salir en plena sesión en la Cámara de Diputados.
Pero ni su servilismo ni sus golpes bajos, ni sus berrinches lograrán boicotear esta Reforma a la Ley Minera, y cuya entraña, por cierto, es dejar en claro que el litio es patrimonio de la nación y que su aprovechamiento, de una vez por todas,tiene que reservarse para el beneficio del pueblo de México.
