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Ana María Vázquez
La revista Proceso titula su portada de esta semana, “La Revocación, una Artimaña”; citando a David Altman, un especialista en democracia directa y participación ciudadana en América Latina e investigador de la Pontificia Universidad Católica de Chile, quien califica como “rarísima” la consulta y la tilda como un plebiscito similar al de Bolivia o Venezuela para la ratificación del presidente Andrés Manuel López Obrador.
¡Qué pena la caída tan baja de Proceso!, su vuelco pendular a la extrema derecha haría
que el mismísimo Julio Sherer se levantara nuevamente de su tumba.
Lo que no aclara Proceso, es que un presidente con casi el 70% de aprobación como lo es López Obrador, es capaz de someterse a este ejercicio de PARTICIPACIÓN CIUDADANA, no solamente para que el pueblo evalúe su ejercicio, sino también y más importante, que
es un ejercicio que SENTARÁ PRECEDENTE para no tener que esperar el período total de
un mandatario y poder destituirlo a mitad de
su gobierno. Cito lo que ya se ha dicho hasta el cansancio: ¿qué habría pasado si hubiéramos tenido el poder de revocar a Calderón,
Peña, Fox?, más aún…¿Echeverría, Portillo, Salinas?… ¿Cuánta sangre, venta de recursos y desaparecidos nos habríamos ahorrado?
Se han ido por la fácil en su crítica,
es lamentable que Altman y PROCESO desconozcan que la RATIFICACIÓN tiene su origen en la Grecia antigua y que, en el mundo, países como Suiza, Estados Unidos y Argentina entre otros, disponen de ese mismo mecanismo que al “investigador” le resulta “rarísimo” y hasta le dieran su portada a tan mala nota.
El voto es un DERECHO CONSTITUCIONAL, ¿qué de ello es “rarísimo”?
Es más que claro el sesgo y el golpeteo con el que la revista se maneja de unos años para
acá… una pena.
La que otrora fuera la revista insignia de la izquierda, de los grandes reportajes y la
verdad, se ha vuelto un pobre panfleto que ya ni sus anunciantes quieren.