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Por Eduardo López Betancourt
elb@unam.mx
Una de las más emblemáticas instituciones bancarias ha decidido retirarse de México. Las razones no las conocemos, pero
es claro que enfrentan problemas severos;
tengamos presente que BANAMEX forma
parte del poderoso grupo económico CITIBANK, lo cual hace sospechoso el que se
ponga en venta.
En relación con los posibles adquirentes, aparece Grupo Salinas, cuyo titular es
Ricardo Salinas Pliego, quien constantemente ha sido vinculado a negocios nada
claros. También se habla de que Banorte
tiene interés en comprar uno de los bancos
de mayor tradición en nuestro país.
El asunto ha llegado hasta el ámbito
presidencial, donde el Jefe del Ejecutivo
señaló que es recomendable que BANAMEX sea adquirida por mexicanos, algo
fundamental que implica de alguna manera, una mexicanización esencial en los ámbitos bancarios.
Lo cierto es que BANAMEX se vende,
“la moneda se encuentra en el aire”, y lo
deseable es conocer las verdaderas causas
por las que está en oferta, algo primordial
en este momento para conocer la confianza que debe imperar en los ámbitos económicos y sociales mexicanos.
El renglón de inversiones debe ser atendido cuidadosamente. Quien quiera traer
su capital y fuentes de trabajo deberá tener, insistimos, la seguridad de que las reglas mexicanas son correctas y de plena
garantía. Es por eso que, en estas circunstancias, lo referente a BANAMEX merece una explicación más amplia, además de
precisar que no debe de ser motivo de duda, ni mucho menos sospecha, que México
pueda ser inseguro para la inversión.
El Banco de México y la Secretaría de
Hacienda, tienen la palabra en el asunto
BANAMEX.
