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Diego Elías Cedillo
Ante el temblor que vivió ayer la CDMX, más de un residente de la antigua México-Tenochtitlan sintió que la Virgen les hablaba derivado de los últimos sismos que se han vivido en la capital; aseguran que una de las personas que se espantó fue la consejera jurídica María Estela Ríos González, y no precisamente por el movimiento telúrico, sino porque le llegó la noticia que algunas personas de su oficina quieren abusar de su nobleza, toda vez que aseguran los confidentes de este tecleador, que en la oficina de la egresada de la Facultad de Derecho, su consejera jurídica adjunta de Control Constitucional y de lo Contencioso, Claudia Angélica Nogales Gaona, no le ha contado sobre su oscuro pasado.
Acaso sabrá la jurista Ríos González que su funcionaria de apellidos Nogales Gaona fue la encargada del golpeteo político en contra del canciller Marcelo Ebrard, al llevar el asunto de la Línea 12 desde la Consejería capitalina en el gobierno del hoy senador Miguel Ángel Mancera. Por si fuera poco, cuando Doña Claudia ocupase la Dirección General de Estudios Legislativos, siendo Vicente Lopantzi consejero jurídico en el gobierno interino de José Ramón Amieva, es curioso que todaaas las triquiñuelas del cártel inmobiliario de Mancera Espinosa no salieran a la luz.
Acaso la “funcionaria” habrá recibido alguna consigna superior de ocultar las pruebas de tales actos. No olvidar que mal gobierno y omisión también es corrupción. Estimada consejera María Estela, al ser usted una abogada bien intencionada, debería considerar evitar juntarse con personas que estuvieron más que cercanas a actos de corrupción.
En razón de lo anterior, no sería mala idea que el titular de la Función Pública, Roberto Salcedo Aquino, le invitase un café al fiscal anticorrupción capitalino, Rafael Chong Flores, y platicasen sobre este texto.
POST-IT
La alcaldesa de Cuauhtémoc, Sandra Cuevas, debería escoger mejor a sus amigos, por aquello que el “líder” del PRD, Jesús Zambrano, prefirió dejarla de frente al tiroteo de preguntas sobre su indigno actuar de aventar pelotas con 500 pesos.