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Visión Laboral | Javier Cerón Espinosa
Llegó la hora para el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, que ha tenido un rumbo hacia la corrupción y la impunidad, con el proceso electoral que por primera vez en la historia de ese sindicato, los petroleros actuaron con libertad para elegir a su dirigente, en un mar de presiones, amenazas y prácticas “caciquiles” que por décadas han secuestrado el sindicato.
Con la Reforma Laboral que entró en vigor el 1o. De Mayo de 2019, se abrió la puerta para que llegue la democracia en un entorno de resistencias y con una estructura fincada sobre
la corrupción y la impunidad, lo que originó el hartazgo de los trabajadores.
Este lunes 31 de Enero es emblemático para el sindicato Petrolero, porque la disyuntiva es la continuidad del cacicazgos o su derrumbe y la llegada de la democracia que está en manos de los 72 mil trabajadores que se registraron para votar, de los 90 mil del padrón electoral.
En este es escenario las elecciones petroleras son muy significativas para el actual gobierno, dónde la Reforma Laboral es la punta de lanza para terminar con el “corporativismo”,
sostenido por el “charrismo”,sindical que ha mantenido el control de los trabajadores, más en el sector petrolero cuyo contrato colectivo de trabajo es de los más atractivos porque ha
dejado ganancias millonarias en pocas manos.
El “cacicazgos” que impuso Carlos Romero Deschamps, por dos décadas y media mantuvo el yugo de sobre los trabajadores y el hartazgo se hará presente, pero ante el temor de que se presente un “fraude” que desataría drásticas consecuencias para el sindicato y sobre todo por qué se viole el voto libre, secreto y directo, que ahora es una arma poderosa para lograr democratizar al sindicato.
Las elecciones petroleras son el parteaguas que si son transparentadas por las autoridades laborales de la Secretaria del Trabajo y Previsión Social y del Centro Federal de Conciliacion, será un avance para la democratizacion de sindicatos que por años son controlados por “caciques”.