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Visión Laboral | Javier Cerón Espinosa
Todavía no está todo dicho sobre el sindicato petrolero, porque Carlos Romero Deschamps, con un “cacicazgo” de 26 años impuso a todos sus incondicionales en las 36 secciones sindicales, que le deben lealtad y por eso se volcaron a apoyar a su “compadre” y candidato a la “silla” sindical, pero ya cuestionado porque según información oficial es “trabajador de confianza” y puede ser impugnado en caso de ganar.
Pero toda la maquinaria la ha preparado Romero Deschamps, desde alguna de sus residencias, invitando a todos sus testaferros a preparar todas las artimañas para mantener el control, esa es la línea marcada y a la que enfrentan los candidatos opositores, si algo sabe el octogenario dirigente es operar en la oscuridad como lo hizo en el “Pemexgate” utilizando las cuotas sindicales para apoyar la campaña presidencial del perdedor Francisco Labastida Ochoa, del PRI, partido que siempre le pagó con Senadurías y diputaciones.
Lo que se cierne en Pemex y su sindicato, son “nubarrones” que presagian una tempestad de denuncias, quejas y hasta posibles protestas si la Secretaria del Trabajo y Previsión Social, Luisa María Alcalde, se le escapa de las manos el proceso electoral que tendrá todos los reflectores porque está en juego la credibilidad de la Reforma Laboral, a la que este gobierno le ha apostado para erradicar los “cacicazgos” y lograr la a democratización con el voto libre , secreto y directo, que por décadas se les negó a los trabajadores.
Ricardo Aldana Prieto, es el candidato a vencer, porque cuenta con el respaldo de toda la estructura del sindicato fincada en el manejo de dinero, control de trabajadores, intereses de caciques regionales y hasta de políticos, porque el sindicato se convirtió en un barril sin fondo, peto no de petróleo, sino de billetes de los cuales no había transparencia, sino manejos turbios que dejaban negocios para llenar los bolsillos de los incondicionales de Romero Deschamps.