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Javier Cerón Espinosa
Considerada como una actitud de opacidad en el proceso electoral, la Secretaria del Trabajo y Previsión Social, Luisa María Alcalde y el Director del Centro Federal de Conciliación, Alfredo Domínguez Marrufo, no han logrado dar la certeza a las elecciones del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, dónde la convocatoria que se encuentra en la fase de registro de votantes, también ha sido señalada como poco confiable por los trabajadores.
Las elecciones se les han ido de las manos, a tal grado que el propio Presidente de la Re- pública, ha entrado para enmendarles la plana, ya que las inconformidades están latentes y tampoco han logrado dar una explicación a los trabajadores de las más de 500 quejas y denuncias por irregularidades que presenta- ron los trabajadores.
De acuerdo a la convocatoria emitida por la STPS y el STPRM, hasta el próximo 17 de enero está considerado como periodo vacacional, en tanto que no han terminado de definir las Tomas de Nota de las 36 secciones sindicales que tuvieron elecciones, quedan- do 7 de las mismas pendientes hasta después del proceso electoral de la Secretaría General, blindadas en el acuerdo que extiende las tomas de nota vencidas hasta el 31 de marzo próximo.
Todavía queda pendiente de que no se den anomalías para el uso equitativo de los espacios físicos en las sedes de las secciones sindicales, ahí donde en muchas de ellas operan los “grupos de choque”, de dirigentes seccionales que están convertidos muchos de ellos en señores feudales, dueños de vidas y almas de los trabajadores.
Uno de los puntos importante s es que los aspirantes a la “silla” sindical tendrán equidad en los espacios de las páginas oficiales del sindicato petrolero, sobre todo, porque algunos de ellos son vistos como adversarios del actual grupo en el poder que encabeza Miguel Hernández Limón en su calidad de secretario interino.
