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La Profeco certificó los precios de los productos básicos desde el aceite, las tortillas y hasta la carne de res y los frijoles en favor de los consumidores
Santiago Jiménez Cardona
La Central de Abasto de la Ciudad de México es uno de los mercados más grandes que existen y el más importante de México, pues desde ahí se distribuye toda clase de alimentos hacia los estados del el centro sur y el occidente del territorio nacional.
Directo del productor al consumidor, en la Central de abasto se encuentran productos de hortalizas, verduras, frutas, legumbres, granos y abarrotes, todos ellos producidos en el territorio nacional, con lo que se evita el intermediarismo que encarece los alimentos que llegan a la mesa de los mexicanos.
La coordinadora General de la Central de Abasto, Maricela Villegas aseguró que los sistemas de comercialización en ese mercado cuya administración depende del Gobierno de la Ciudad de México, son tradicionales y populares, lo que representa una gran ventaja para ambas partes del proceso de comercialización.
Informó además que, en cada temporada de ventas, se instalan romerías de los productores y vendedores que expenden sus mercancías y ayudan a la eficaz distribución de los productos, en donde puede asistir cualquier persona sean comerciantes o consumidores finales.
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Lo anterior permite que en forma permanente, los productos de verduras y legumbres, granos y otros productos agropecuarios, se puedan encontrar hasta 39 y 40 por ciento más barato que en otros centros, mientras que los abarrotes se comercializan 18 por ciento por debajo del promedio de los precios en otros mercados.
La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) certificó los precios de los productos básicos desde el aceite, las tortillas y hasta la carne de res y los frijoles, que al compararlos con los precios en paquete de otros mercados, resultó mucho más barato.
Aunque muchas personas piensan que en la Central de Abasto solamente se vende por mayoreo y que se requiere de grandes sumas de dinero para ir a comprar ahí, lo cierto es que, a lo largo de sus naves y pasillos, se pueden encontrar todo tipo de productos y bodegas, como tiendas que expenden sus productos al menudeo, en granel y hasta por camión o tonelada.
La competencia que se genera en este gran mercado por la cantidad de compradores que llegan todos los días del año, durante las 24 horas del día, mantiene una autorregulación de precios que la propia dinámica del mercado impide que haya especulación o un alza indiscriminada de precios.
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