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Samuel Cantón Zetina
Afecto a los mitos y leyendas, México incluyó en el hándicap presidencial a una figura que es oro molido en medios: el hijo de Colosio.
Sorpresivamente -para el propio junior-, apareció en ¡tercer lugar! de preferencias ciudadanas (27) en una encuesta en viviendas del periódico Reforma, abajo de Marcelo Ebrard (31) y Claudia Sheinbaum (30).
El pueblo quiso creer que el candidato priista asesinado en Tijuana se rebeló a Salinas -por un discurso que pronunció 17 días antes de su muerte- y que iba a ser diferente a los anteriores monarcas del PRIAN.
La verdad es que el sonorense pintaba -con todo y su “Yo veo un México con hambre y con sed de justicia…”- para más de lo mismo.
Pero el pueblo sabio y justo necesitaba soñar que era el salvador del país. Ahora el vástago -militante de Movimiento Ciudadano- acaba de ganar la alcaldía de Monterrey (antes fue diputado), y supera en preferencias a personajes como Anaya y Monreal, y a tres gobernadores: García (NL), Del Mazo (Edomex) y Alfaro (Jalisco).
Increíblemente, apenas le separan 4 puntos del canciller y tres de la Jefa de Gobierno.
¡La locura!
Asombró a Colosio Riojas, y su primera reacción fue sensata: primero tiene que dar resultados en la capital neoleonesa, e incluso en sus planes destaca antes la gubernatura del estado, pero es previsible que tras su espectacular lanzamiento en la sucesión, escuche el canto de las sirenas, pierda el piso y tal vez cometa el fatal error de presentarse en el 2024.
“Siempre existe la posibilidad”, dijo LDCR a propósito de la Grande.