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Salvador Guerrero Chiprés
Las víctimas de un siniestro, cualquiera del que se trate y sin reparar en su origen, reclaman atención.
Si bien existe la tentación de responsabilizar a una autoridad momentáneamente ausente, por encima de todo está el interés hacia la ciudadanía que ha sido perjudicada en una tragedia.
La explosión de cilindros de gas en una vivienda de la colonia Pensil, en la Alcaldía Miguel Hidalgo, —con dos personas muertas y 22 familias afectadas— evidenció la utilidad del trabajo articulado e interinstitucional en beneficio de las víctimas.
El bienestar de los afectados y de la comunidad por encima de divisiones ideológicas o partidistas, que permite a las víctimas recibir apoyo económico mensual para gastos funerarios y la reconstrucción de viviendas con ayuda del Instituto de Vivienda (Invi).
Requerimos cultura de la prevención desde el hogar y el negocio, con medidas básicas como revisar las condiciones de los tanques, la instalación de gas o la eléctrica, para evitar fugas o cortos circuitos que conduzcan a siniestros, como el ocurrido hace dos semanas en el Mercado de Sonora.
El mismo día de la explosión en la Pensil, la Jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, llegó oportunamente al sitio para conocer de primera mano las afectaciones e impulsar, desde la administración central, la coordinación con el Alcalde Mauricio Tabe para las necesidades emergentes.
Más allá de partidos políticos y adversidades está la ciudadanía. Ni bots ni guerritas ni búsqueda de reflectores. Atención.