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Eduardo López Betancourt
Recientemente, ante la falta de medicamentos, se dieron problemas severos en Cuba. Tengamos presente que de manera infame, nuestros hermanos cubanos se enfrentan a un añejo bloqueo económico, donde el gobierno norteamericano, impide que la Isla mantenga relaciones comerciales con distintos países y sin más, castigan a toda empresa que pretenda comercializar con Cuba. Sin duda un acto criminal, puesto que no se daña un gobierno, se lastima y pone en riesgo la salud de personas inocentes, víctimas de perversas ambiciones.
En México, diversos grupos expresaron su apoyo a las manifestaciones y por supuesto, hubo confrontaciones, en ocasiones violentas, con grupos que defendían los principios de la Revolución Cubana.
Nuestro país volvió a remarcar su política de no intervención, de que los cubanos decidan su forma de gobierno y precisen quienes son sus gobernantes; para subrayar nuestra postura, el Presidente López Obrador ha convocado como invitado especial, a su homónimo de Cuba, Miguel Díaz-Canel, para los próximos festejos patrióticos.
Se espera la llegada de Díaz-Canel el 15 de septiembre y permanecerá en nuestro País hasta el sábado 18; también se efectuará una reunión de mandatarios de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC); a dicho evento, se considera el arribo de 30 Jefes de Estado; entre otros renglones se planteará la sustitución de la Organización de los Estados Americanos (OEA).
Es claro que con la llegada de Miguel Díaz-Canel, el gobierno mexicano dará un “espaldarazo” a la Revolución Cubana