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Se rumora que una tarde a punto de llover, de un día igual a este, pero en 1813, el Siervo de la Nación, José María Morelos y Pavón, originario de Valladolid -hoy Morelia- escribía los “Sentimientos de la Nación”, documento que ha citado en más de una ocasión el Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Será casualidad que 208 años después, el primer secretario de Gobernación de origen tabasqueño, Adán Augusto López Hernández acuda a Palacio Nacional, acompañado de la Titular de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez Velázquez, para hacer justicia a las personas privadas de su libertad injustamente. Por lo menos algo es seguro, en el Salón Tesorería en punto de las 07:00 horas, estarán los “machuchones”, del Gobierno Federal.
Sin embargo, lo que sí es de reconocer es la habilidad de la Jefa Claudia Sheinbaum, para tejer bonito en política, por aquello que el gobierno de la CDMX, ya liberó a 40 personas privadas de su libertad injustamente, la 4T va permeando poco a poco.
Tan es así, que incluso algunos panistas desde el Congreso de la CDMX, ya tienen planeado copiar algunas ideas del Gobierno Federal, como la pensión de adultos mayores, encabezada por el tabasqueño Javier May, de Bienestar, pero en una versión capitalina y universal, para todas y todos los ciudadanos, ¿tan pocas imaginaciones tendrán los herederos de Manuel Gómez Morín?
Lo que sí es seguro es que Don Jesús Reyes Heroles, si viera lo desahuciado que está el PRI de Alito Moreno, seguramente se levantaría de su eterno descanso para darles lecciones de política, pues no es posible que la única forma en que Alfredito del Mazo pueda aparecer bien parado en el escenario nacional y local, sea pagando millones de pesos en publicidad, bastará ver sus “bots” en Twitter y su “Salario Rosa” que bien podrían ser una copia de mala calidad de una credencial de color vino ¿o no?
POST-IT
¿Alguien sabe los efectos de las burbujas de Champagne?, pues aseguran los confidentes de este tunde-máquinas, que no marean, pero como son escandalosas.
Analogía parecida a Ricardito Anaya, o acaso, ¿alguien lo recuerda?