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Demian Duarte
La madrugada de este martes la selección olímpica de futbol de México fue derrotada en penales por Brasil; antes el clavadista Rommel Pacheco perdió toda posibilidad de medalla.
Las decepciones se acumularon, México fue eliminado en baseball sin ganar un solo partido y una a una las posibilidades de medalla se esfumaron, con 3 excepciones, 3 bronces.
Las medallas se ganaron en tiro con arco mixto que lograron Alejandra Valencia y Luis Alvarez; en clavados plataforma de 10 metros con Alejandra Orozco y Gabriela Agundez y la tercera en halterofilia con Areli Zavala.
México tiene 72 medallas olímpicas en su historia, 13 oros, 24 platas y 35 bronces, lo que es reflejo de nuestra realidad como nación en un asunto tan importante como el deporte.
El tema no es menor, México es un país que tiene el segundo lugar mundial en obesidad y enormes problemas de salud pública a partir de la alta incidencia de enfermedades crónico degenerativas, que hicieron que una pandemia como la del Covid-19 fuera particularmente letal en nosotros.
Pero no todo está perdido, las mujeres, las atletas mexicanas dieron luz de esperanza, incluso una mexicana que tiene nacionalidad holandesa, obtuvo medalla de plata en tiro con arco, se trata de la tijuanense Gabriela Bayardo.
Otros casos son los de Karla Moreno que logró un asombroso cuarto lugar en salto de caballo en gimnasia y las jugadoras de sóftbol, que también fueron cuartas.
En México lamentablemente persisten sentimientos negativos, y preferimos enterrar en nuestras pedradas de odio a las softbolistas, por su condición de hijas de emigrantes y por el hecho de ser mujeres, ante el error menor que cometieron de desechar una parte de sus uniformes, sin pensar que dieron todo en el campo, cosa que nos hicieron sus pares hombres en baseball.
Es lamentable que las cosas se hayan llevado al extremo, lo que muestra que el éxito en México es imperdonable, más si eres mujer y peor todavía si eres diferente, a ellas se les cobró fuerte el hecho de que 14 de 15 hubieran nacido en el exterior.
A nuestro país le urgen historias de éxito deportivo, y estas muchachas muy bien pudieran ser ejemplo para millones de jóvenes y niñas.
El día que dejemos atrás esos problemas, celebremos el éxito, seamos claros y ordenados en los criterios para enviar representantes a los juegos y en especial nos apartemos del machismo y la xenofobia, habremos avanzado como país.
