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Diego Cedillo
En la antigua provincia francesa de ChampañaArdenas, en el noreste de Francia, hace 328 años, el fraile Pierre Pérignon, vociferaba a toda pulmón: “¡Venid pronto, estoy bebiendo las estrellas!”, al degustar por primera vez las burbujas del Champagne, que había creado.
Dicha frase, sin duda debió replicarse en Baja California cuando Marina del Pilar Ávila, anunció que se omitirán las reformas en materia de agua por parte del -aún- Gobernador Jaime Bonilla, el mismo que quizo alargar su mandato, bajo la arlequinesca excusa del “abogadito de cartón” Ricardito Peralta, menos mal que solo fue un susto ¿o no?
Y hablando de burbujas de Champagne, quien seguramente brindará en el aroma de la impunidad, será el gobernadorcito de Tamaulipas, Panchito García Cabeza de Vaca, ante la controversia que presentó a la SCJN, para frenar su orden de detención por lavado de dinero y delincuencia organizada.
¡Ah! y olvidaba recodarles guardar un minuto de silencio, ante el nombramiento de Jorgito Romero como próximo líder de la bancada blanquiazul en la venidera legislatura. Cabe aclarar el luto, fue dedicado a las víctimas del sismo de 2017 en la CDMX, pues el panista Romero Herrera, junto con Mauricio Toledo, fueron los encargados para operar a su beneficio el presupuesto para la reconstrucción.
Ante tan surrealistas escenarios, no sería tan descabellado que para las elecciones del 11 de noviembre en el PAN, se postulase Ricardito Anaya, bajo el lema “Arriba la democracia, incongruente, oligarca y fifí”.
POST-IT
Al leer la noticia que hace 18 inviernos, el escritor Rubem Fonseca, recibía el premio Juan Rulfo, este tunde-máquinas, no pudo evitar recordar el texto “El peor de los venenos”, escrito en 2014 por el brasileño.
En el cual, lo primero que viene a la mente es la vida del charrismo sindical en México, perfectamente protagonizado por el ferrocarrilero Víctor Flores Morales. Ya que al buscar su nombre en internet, la descripción del texto embona con las parejas que frecuenta el lechuguino líder sindical Victorsito Morales, auspiciada por nuestros impuestos.
