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Salvador Trejo
Hasta cuándo van a seguir permitiendo en la tira chilanga que mandos y jefes de sector sigan acosando sexualmente a las mujeres policías, quienes muchas de las veces por la necesidad de trabajar, principalmente las madres solteras, tienen
que acceder a las asquerosidades de sus superiores para conservar el camello.
Esta historia se repite una y otra vez en los distintos sectores y por más que las azulitas alzan la voz, los acosos continúan, tanto en la Policía Preventiva como en la Policía Auxiliar, mientras en la SSC siempre se limitan a decir “la Dirección General de Asuntos Internos ya inició una carpeta de investigación para realizar las indagaciones correspondientes”, cuando a estos asquerosos uniformados deberían
de ponerlos a disposición de un Ministerio Público en caliente, sobre tocho cuando las pruebas son contundentes.
Como en el caso de una uniformada del Sector Cuitláhuac, ubicado en Azcapotzalco, al que su Jefe Gama, presuntamente de nombre Jankarlo Barajas, amenazó con quitarle la chamba o mandarla a una zona de alto riesgo para obligarla a salir con él.
Los mensajes que le mandó este asqueroso sujeto, que seguramente no tiene madre ni carnalas, son verdaderamente aberrantes, no solo
porque vienen de un mando policíaco, sino porque acosa, acorrala, amenaza y amedrenta a su subordinada, valiéndole madre la corporación a la que representa.
Al asqueroso no le importó que su víctima le pidiera que la dejara en paz porque era casada y sólo cumplía con ir a trabajar.
¿En dónde están los supuestos exámenes de control de confianza que, según, les practican a estos psicópatas? Las damas policías deben tener de jefes a mujeres, para evitar que enfermos como el susodicho se aprovechen de ellas. ¡Ya basta!